Nacido el 8 de Septiembre de 1988, en Magdeburg (Alemania), Gustav Klaus Wolfgang Schäfer, con ese extenso nombre que eligieron sus padres, se concibe como Virgo, al igual que sus compañeros gemelos de la banda. Tiene, además, una hermana.
Con sólo cuatro años comenzó a tocar el instrumento que le ha llevado a donde está. Empezó tocando el tambor, ya que era demasiado pequeño para tocar el instrumento en su totalidad. Hoy en día, Gustav es capaz de crear melodías asombrosas y bases que dan un toque especial a las canciones de Tokio Hotel. No se exagera si decimos que destaca en su trabajo.
Este alemán, rubio de nacimiento, tiene los ojos color marrón. Mide 1’70 metros y pesa 82 kilos, de los cuales llega a perder varios de éstos en las giras y conciertos. Hasta 5 litros de agua llegan a desaparecer de su cuerpo por cada concierto, pero Gustav lo repone rápidamente. Es, por tanto, un chico sano al que le encanta también hacer deporte. Entre sus aficiones se encuentra montar en bici. Suele ser el primero en levantarse y desayuna antes que el resto de sus compañeros.
A pesar de su aparente timidez, Gustav esconde muchas sorpresas. Frente a las cámaras prefiere callar y pasar desapercibido, pero con sus amigos no duda en mostrarse tal y como es. Gustav es alegre y divertido, con un especial y único sentido del humor. En los conciertos toca su instrumento con gran entusiasmo y concentración, aunque no duda en esbozar una sonrisa de vez en cuando. Además, juega con las fans al acabar el concierto, haciendo su famosa ‘ola’ que ya ha pasado a formar parte de la historia de Tokio Hotel.
Sus compañeros de grupo observan que Gustav prefiere pasar los nervios y la adrenalina que se produce antes de un concierto estando completamente solo. Encerrado en su música y sus pensamientos. Como dato interesante, Gustav guarda todos sus callos en las manos que se le formaron en un principio tocando la batería. De esta manera evita que, al volverles a salir, le produzcan ese tremendo dolor. Los envuelve al inicio de cada concierto con esparadrapos.En el aspecto físico, a Gustav no le gusta destacar. Su estilo es más bien despreocupado, basado más en la comodidad que en la atención.
Sin embargo, no ha dejado pasar la oportunidad y se ha llegado a hacer hasta 3 tatuajes.
Uno de ellos lo tiene en su antebrazo derecho, es una estrella fugaz. El segundo y, según él, más doloroso, es un tatuaje de más de 7 horas de duración que le ocupa gran parte de la espalda. Son dos alas, junto a una espada y una rama. El último y más reciente está situado en su pantorrilla derecha, y es nada más y nada menos que parte de la letra de la canción Hurt de Johnny Cash, compuesta por Nine Inch Nails.
En el tatuaje puede leerse: “What I have become? My sweetest friend, everyone I know goes away in the end. And you could have it all. My empire of dirt. I will let you down. I will make you hur. If I could start again a million miles away, I would keep myself, I would find a way…” (¿En qué me he convertido? Mi querido amigo, todos los que conozco se van al final. Y tú te podrías quedar todo, mi imperio de basura. Te defraudaré, te haré daño. Y si pudiera empezar de nuevo, a un millón de millas de aquí, me mantendría, encontraría un camino…). 
A lo largo de todos estos años, no ha cambiado demasiado. La única diferencia notoria ha sido que, durante un tiempo (finales del 2009) se tiñó el pelo de negro. Sin embargo, volvió a dejarlo crecer de su color natural. También ha dejado de usar esas gorras tan características que usaba en los comienzos de la banda. Si Gustav ha llegado a cambiar, ha sido en su forma de afrontar las situaciones, en su madurez. Musicalmente, Gustav admira mucho a Lars Ulrich, batería de Metallica, grupo al cual sigue desde muy joven, junto a Foo Fighters, entre otros.
Fuente: Tokio Hotel Spain
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